Bri Baker
Febrero 17, 2025
El 8 de febrero, el presidente de ETSU, Brian Noland, y el director de atletismo, el Dr. Richard Sanders, junto con exalumnos, estudiantes, fanáticos y más, se reunieron para honrar a Tommy Woods, el primer jugador negro en la historia de la escuela.
Antes del partido contra su rival de conferencia, Samford, Woods y su familia se dirigieron en el centro de la cancha para presenciar este trascendental logro deportivo. Cuando estallaron los estruendosos aplausos, Woods quedó, una vez más, inmortalizado en la grandeza de los ETSU Buccaneers. Este reconocimiento llega tras haber batido múltiples récords.
Entre 1964 y 1967, Woods, quien jugaba como ala-pívot, ayudó a liderar al equipo masculino de baloncesto de ETSU a dos campeonatos de la Conferencia del Valle de Ohio. Durante su carrera, acumuló récords y victorias, aunque el camino no siempre fue sencillo. Hasta la temporada de 1964, el equipo no había tenido ningún jugador negro. Woods desafió todas las expectativas al convertirse en el primero, abriendo así el camino para las generaciones futuras.
A pesar de haber superado grandes obstáculos para formar parte del equipo, el sur de Estados Unidos seguía profundamente segregado en el apogeo de la era de Jim Crow y otras leyes discriminatorias. Durante sus primeras temporadas, en su primer y segundo año, Woods no fue bien recibido por el público en los juegos de los Buccaneers. Recibió abucheos y otros insultos durante su presentación, algunos de los cuales continuaron incluso durante el partido.
A lo largo de las temporadas, gracias a su increíble talento en la cancha, Woods construyó una carrera digna del Salón de la Fama en Johnson City. En sus tres temporadas, acumuló 979 puntos, 1,034 rebotes, incluyendo el récord de más rebotes en un solo partido (38) y el promedio más alto de rebotes por partido (16.2).
En 1967, Woods pisó la cancha como Buccaneer por última vez. Ese mismo año, se unió a los Kentucky Colonels de la Asociación Americana de Baloncesto, una liga que no tuvo un final exitoso.
Si bien la carrera de Woods en el baloncesto terminó hace mucho tiempo, su legado en la cancha será recordado para siempre. Además de su inducción al Salón de la Fama de la Universidad Estatal del Este de Tennessee en 1996, su impacto fue reconocido con el cambio de nombre del vestuario del equipo masculino de baloncesto en su honor y, finalmente, con el retiro de su camiseta para siempre.
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